1.25.2009

Me Proteges?




Lo único malo es que cada
historia tiene un final…


En la universidad conocí a una chica que se dedicaba a eso de ser dama de compañía en una agencia de modelos, y sólo para clientes super VIP.
- Mira, al mes saco unos 1200 dólares y es sólo desde jueves a domingo. Si es otro día pues me dan más.
- ¿Qué?
- “Además me, gusta. Los hombres me tratan bien y hasta regalos me hacen”
- ¿Qué? ¿What?.

Pero en fin. Fue una gran amiga, y digo fue por que nunca más he sabido de ella. No sé ni porque se inicio en eso. Y tampoco se lo pregunte nunca. Sólo se que me hacía sonreír y me hacía bien.
Me compraba helados y hablábamos mucho de Joaquín Sabina. Nadie sabía mucho de su vida. Sólo me queda decir que era bella, alta y muy inteligente.

Nos conocimos en la Huaca de la Universidad y nuestras soledades se encontraron. La extraño por que se fue y sin despedida. Mejor no hablo de este sentimiento de pena que me da pena, valga la redundancia.

Hice su pena mi poesía, mi mejor homenaje según yo. Su cabello más rubio y sus pecas. Tan joven de cuerpo: sólo 22 años, y tan vieja de alma con ella probé una vez coca y me termine atorando. Casi me voy para la otra. Ni mas, se rió toda la tarde en su carro. Una noche en la estación de gasolina entre un par de cervezas y con Sabina me dijo: “No es el dinero. Tengo carro de este año y vivo en Surco. Tengo todo. Solo quiero sentirme protegida. ¿Me prometes que siempre me vas a proteger, que siempre vas a rezar por mí. A veces tengo miedo ?. Pero igual .Sólo lo hago porque al final me abrazan y no se si eso este mal o bien”. Me atoré con la cerveza y ella y yo empezamos a llorar. “El llanto se acaba aquí mi gordita. OK? “. “OK”

Termine la cerveza mientras ella manejaba a más de 80 km. Por hora y con Sabina en vivo.

“Yo quiero ser una chica Almodóvar como Bibi, como Miguel Bosé..

Dejarte entre tinieblas con un ruido de tacones lejanos…

Yo quiero ser una chica Almodóvar que a su chico le suplique Atame”.

Y mi familia creyendo que estaba de amanecida en la casa de una amiga.
A eso de las tres conseguimos un lugar donde comer ensalada de frutas. Sí, luego de tres six packs de cervezas era necesario algo natural: ensalada de frutas .

Un día de pronto no la vi en la Universidad y menos su carro. Fui a su facultad y me dijeron que se había retirado se fue.
Sólo eso se fue. Su celular estuvo y aún esta apagado. En casa dijeron que viajó a ver a su hermana en Madrid, nada más.

Por eso y por allá a veces cuando escucho a Joaquín Sabina, tomo una cerveza y derramo una que otra lagrimita en aquel estacionamiento donde me dijo su verdad, se encontraron nuestras soledades y sus ojitos azulitos soltaron las primeras lagrimitas honestas de su vida.

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