1.25.2009

Que bonito siento


Es para mi un honor enorme

tenerte en mi vida

amarte

poder al fin... amarte


Pasé por tantos brazos

caminé tantas madrugadas sola a casa

esperando encontrarte


Y ahora que te tengo

que voy a tu lado

que me pides hoy seamos sólo uno

que me dedicas el día

me dedicas tus días

tus noches

tu vida


Es un honor para mi, dedicarte mi vida, asi como tu me dedicas tu vida...

es un honor para mi que cada día me digas

" ¿Eres feliz mi amor?"

Siento tan bonito

aqui dentro


Y te quiero

y asi no rime, y asi no sea poema... y suene feo

quiero dedicarmi vida a tu vida

solo atu vida

siempre a tu vida


Hoy



Hoy te conocí
Y me fui en la tarde a comprar cositas
lima de uñas
esmalte color deply chilly
brassiere talla 40 b

esto de enamorase a veces sale caro
aunque
debo aprovechar éstos días en los que el dinero alcanza
hasta pasaron mi canción en la radio dos veces
dos veces
"....that is why darling is incredible that someone so unforgettable thinks that I am unforgettable too.”

y seguidas, eso nunca me pasa
pero hoy me pasó a mi.... que maravilla

Como decía Bécquer: hoy te vi, hoy creo en Dios
Y claro que creo en Dios

Me enamoré en diez minutos y te veré mañana
Mañana a las seis

Luego de la curación
A pasear por los parques de San Borja
Todo por 10 minutos de espera en el consultorio
Y por un libro en común
Hoy te amo Borges
y amo al dentista que se demoró en atenderme.

Cadenitas

CADENITAS

Una mano junto a la mía
En silencio lo dijo todo
Porque de algún u otro modo
Mi corazón ya lo sabía

Tus ojitos color canela azucarada
En solo cinco minutos
Me robaron hasta el alma

Un beso me hizo volar a plutón
Temblar como un ratón
Vértigo de caída libre


Piel con piel a cuarenta grados, en fiebre

Pies de juguete
Manos de muñeca
Hojas de la tierra
Piel desnuda

Cierro los ojos
Todo es real y ya no me pierdo
Atada a ti con cadenitas de besos
Cadenitas de besos

Mi amiga y mi país








Cuando se debe hacer creer con
convicción que los sueños
se pueden realizar…


Desolados, tristes y pidiendo ayuda a gritos aparecieron en la puerta de mi casa: una en persona y el otro en fotografía en el periódico. Lo más sensato en ese momento era dejarlos pasar y escuchar sus problemas, resolverlos. O por lo menos, hacer algo porque esa depresión se hiciera más soportable. Ambos tenían un dolor muy profundo, que trataban de ocultar con la máscara de la dureza y el grito. Un dolor que se había formado hacía años por la crueldad y la indiferencia de unos padres que disminuían su importancia por ser hijos menores.

Ella creció siempre a la sombra de los otros, los importantes de la casa. Y en el otro caso, mi país creció bajo la enorme sombra de Lima. Porque siempre se dijo que Lima era el Perú. Ambos, mi amiga y mi país, crecieron y vivieron solos durante mucho tiempo. Sin paternalismo, sin la cercanía de los grandes. Sus problemas eran suyos. Tuvieron que aprender a crear la calidez y la proximidad para con ellos mismos. Mientras tanto los grandes, los hermanos grandes (entiéndase Lima y los hermanos mayores de mi amiga) seguían con su vida como si nada. Muy por el contrario, los gritos desesperados de auxilio por ayuda fueron tomados como una falta de respeto.
A ella le decían que se quedara en su cuarto y en su pequeño mundo sola. Y a mi país le decían que se quedara en sus tierras labrando por 5 soles el saco de coca. La sola idea de surgir era tomada como un hecho irresponsable y sin fundamento.

Y con esto no sugiero que todo mi país ocupe Lima: cada uno de ellos tiene mucho dentro de ellos mismos para seguir adelante y a paso firme. Pero, en este momento es necesario recordar que cada intento de surgir por ellos mismos le quitaba protagonismo a la ciudad del los reyes. De ahí la rabia a esa falta de confianza de sus padres. De mi amiga por no dejarla vivir su vida sola y de mi país por no poder hacer libre y fuerte empresa. Como si ellos solos no pudieran hacer bien las cosas como hasta ahora lo han venido haciendo.

Así ambos vivieron un constante vía crucis sin final y sin salida. Donde cada estación marcaba en ellos la tristeza y el rencor hacia esa falta de amor e importancia que tanto necesitaron desde siempre. Hoy el panorama es distinto. Si bien los padres (de mi amiga y de mi país) han hecho muy poco por remediar la falta de calidez de tantos años, el trabajo de hace unos meses puede tomarse muy en cuenta. Sólo que es muy probable que mi amiga y mi país desconfíen mucho de ese nuevo interés. Espero ahora que esos padres se mantengan firmes y tercos por recuperar la confianza que tanto se necesita para amanecer de nuevo.

Y Dios, hoy, te pido por todos: los padres, mi amiga y mi país.

Con nueva piel


Hoy pasó algo tan extraño, tan extraño.
Los ubicaré en mi contexto para que no se pierdan. Una persona ocupó mi mente, mi alma y mi corazón por mucho, mucho tiempo. No creo que haya sido demasiado, porque el corazón sabe cual es el tiempo justo para olvidar.

Le puse de cariño “Pancake”. Ay, si todo el Perú ha oído hablar aunque sea una vez del bendito “Pancake”. En la universidad me decían de todo, desde loca hasta enferma. Otras me decían que debía seguir mis sueños. Y mientras mi corazón amaba con toda la fuerza con la que se puede amar a los 23 años, mi cabeza volaba y escribía poemas, historias de amor, canciones. Mi mente, más de una vez trajo a mi Pancake hacia mi cama: hicimos tantas cosas... reales e irreales... porque hasta alas tenía.

Mi vida fue así, una entrega total y plena a mi Pancake. Sino que lo diga mi hija Romy o mis hermanas Gigi, Ángela e Ivonne, que me han visto llorar como desesperada. Y Jacqueline que me acompañaba en el dolor. Todas y cada una de ellas, me acompañaban. Y yo lloraba.
Amaba con toda el alma. Mi error tal vez fue no decirle que el amor era tan fuerte. Por eso no me hizo caso. Por eso tal vez se alejó. Por eso talvez desapareció como un espejismo. Ya ni sabía en qué lugar me encontraba.

Hice de todo. Hasta traté de olvidar. Si hablaran mis amores fugaces dirían que soy una súper mujer que sabe amar pero no olvidar. Porque traté de esa forma olvidar, calmar la rabia y la desesperación de su adiós. Pero, no duraba más de un par de semanas. Siempre tenía que comparar. Esto, aquello, los ojos, el pelo...

Un mes, dos meses, un año, dos...
Ir y venir, ir y venir
Lágrimas
Risas
Llamadas al celular
Adiós

Hace una semana o poco más, conocí a alguien. Un ser impresionante. Que sabía tanto de mí, como si nos hubiéramos conocido en otra vida. Y en ese corto tiempo mató todo recuerdo.

Música en común: telestereo, San Borja... Rosario Flores...
Gustos en común: chicle dos en uno de plátano, caramelos monterrico, crush...

Y esa voz que me pone nerviosa y me estremece... que me intimida. Ay, hasta sabe mi vida y yo la suya. En tan poco tiempo. Hasta parece que Dios le puso las vacaciones en esa semana para hablar conmigo. Para conocerme. Para coexistir.

Y ahora, ya me sabe exacta, loca, nerviosa, compleja y simple. Le acabo de mandar mensajes a su celular, y espero responda pronto...

Estoy escribiendo pensando en sus ojos. No, no son verdes, son oscuritos... muy lindos. Sigo envuelta en su voz. Con un marlboro, un vodka con frugos de naranja y Serrat... las luces apagadas y la noche exacta: perfecta y precisa.

Un suspiro
Y como dice Brice al final de “la vida exagerada de Martín Romaña” : he vuelto a amar...
Adiós Pancake

© Pilar Lozano Salas







Me Proteges?




Lo único malo es que cada
historia tiene un final…


En la universidad conocí a una chica que se dedicaba a eso de ser dama de compañía en una agencia de modelos, y sólo para clientes super VIP.
- Mira, al mes saco unos 1200 dólares y es sólo desde jueves a domingo. Si es otro día pues me dan más.
- ¿Qué?
- “Además me, gusta. Los hombres me tratan bien y hasta regalos me hacen”
- ¿Qué? ¿What?.

Pero en fin. Fue una gran amiga, y digo fue por que nunca más he sabido de ella. No sé ni porque se inicio en eso. Y tampoco se lo pregunte nunca. Sólo se que me hacía sonreír y me hacía bien.
Me compraba helados y hablábamos mucho de Joaquín Sabina. Nadie sabía mucho de su vida. Sólo me queda decir que era bella, alta y muy inteligente.

Nos conocimos en la Huaca de la Universidad y nuestras soledades se encontraron. La extraño por que se fue y sin despedida. Mejor no hablo de este sentimiento de pena que me da pena, valga la redundancia.

Hice su pena mi poesía, mi mejor homenaje según yo. Su cabello más rubio y sus pecas. Tan joven de cuerpo: sólo 22 años, y tan vieja de alma con ella probé una vez coca y me termine atorando. Casi me voy para la otra. Ni mas, se rió toda la tarde en su carro. Una noche en la estación de gasolina entre un par de cervezas y con Sabina me dijo: “No es el dinero. Tengo carro de este año y vivo en Surco. Tengo todo. Solo quiero sentirme protegida. ¿Me prometes que siempre me vas a proteger, que siempre vas a rezar por mí. A veces tengo miedo ?. Pero igual .Sólo lo hago porque al final me abrazan y no se si eso este mal o bien”. Me atoré con la cerveza y ella y yo empezamos a llorar. “El llanto se acaba aquí mi gordita. OK? “. “OK”

Termine la cerveza mientras ella manejaba a más de 80 km. Por hora y con Sabina en vivo.

“Yo quiero ser una chica Almodóvar como Bibi, como Miguel Bosé..

Dejarte entre tinieblas con un ruido de tacones lejanos…

Yo quiero ser una chica Almodóvar que a su chico le suplique Atame”.

Y mi familia creyendo que estaba de amanecida en la casa de una amiga.
A eso de las tres conseguimos un lugar donde comer ensalada de frutas. Sí, luego de tres six packs de cervezas era necesario algo natural: ensalada de frutas .

Un día de pronto no la vi en la Universidad y menos su carro. Fui a su facultad y me dijeron que se había retirado se fue.
Sólo eso se fue. Su celular estuvo y aún esta apagado. En casa dijeron que viajó a ver a su hermana en Madrid, nada más.

Por eso y por allá a veces cuando escucho a Joaquín Sabina, tomo una cerveza y derramo una que otra lagrimita en aquel estacionamiento donde me dijo su verdad, se encontraron nuestras soledades y sus ojitos azulitos soltaron las primeras lagrimitas honestas de su vida.